La respuesta de arquitectura de elton_léniz
Deambular por este pedazo de paisaje nos conmueve por su amabilidad. El cerro Likán tapa la luz del amanecer hasta que el sol se encumbra y tempera el valle. Caminamos por senderos entre espinos, cactus y otros árboles que son de aquí, desde siempre. El sonido del agua que corre entre las rocas nos acompaña. Estamos a los pies de los Andes el hecho geográfico más significativo para todos nosotros, la primera arquitectura de este territorio.
Aparentemente disgregadas, un conjunto de construcciones arquetípicas en torno a la única planicie existente constituye lo que llamamos “la Aldea”, un lugar para la comunidad transitoria del Parque. Aquí los actos cotidianos son parte del aprendizaje del clan y cada edificio tiene una función especial. En la tradición vernácula de los Andes los asentamientos se emplazan en el territorio según geometrías astrales, la piedra y la madera le dan forma y nos acercan a su historia de ruinas y olvido.
Ahora, en medio de la travesía por el Parque Likandes, los niños pueden descansar a la sombra. El aire fresco de la precordillera corre entre las tablas del Pabellón de Sombras. En esta pausa, los niños se relajan y dibujan el paisaje que los rodea, contemplan la diversidad del ecosistema, toman agua y continúan por el sendero hacia otra estación. Esta construcción, primaria y sencilla, es la primera de diecinueve edificaciones, es un prototipo para una experiencia educativa en que la naturaleza es la plataforma para el aprendizaje, en que la arquitectura revisa la manera de entender la sala de clases.